Ecología Marxista, Dialéctica y Jerarquía

de las Necesidades

John Bellamy Foster, Dan Swain y Monika Woźniak

Dan Swain y Monika Woźniak: Hace más de dos décadas, usted refutó las suposiciones populares sobre la relación de Karl Marx con las cuestiones ecológicas en su libro La Ecología de Marx. En su reciente libro, El Retorno de la Naturaleza, emprende una tarea similar con respecto a la otra figura fundadora del marxismo, Federico Engels. ¿Por qué considera tan importante aclarar las opiniones populares sobre Engels?

John Bellamy Foster: En La Ecología de Marx y El Retorno de la Naturaleza, no me preocupaba principalmente refutar las "suposiciones populares" sobre la ecología de Marx y Engels que, por supuesto, eran principalmente producto de un profundo desconocimiento de su pensamiento en este ámbito. Como dijo Baruch Spinoza: "La ignorancia no es argumento". Por tanto, difícilmente merece una refutación directa. Más bien, la preocupación era la más afirmativa de desenterrar las críticas ecológicas histórico-materialistas clásicasdesarrolladas por Marx y Engels, así como por pensadoressocialistas posteriores que se vieron influidos por ellos, como base metodológica sobre la que desarrollar una ecología socialista para el siglo XXI.

Marx, como sabemos hoy, fue un pensador ecológico fundacional, no sólo en relación con su propia época sino también con respecto a la nuestra, ya que aspectos cruciales de su método nunca han sido superados. Esta aguda comprensión de las contradicciones ecológicas surgió de su método materialista fundamental y quedó patente en sus conceptos del "metabolismo universal de la naturaleza", el "metabolismo social" y la "fractura irreparable en el proceso interdependiente del metabolismo social" (o fractura metabólica). Esto le permitió, de un modo único en el pensamiento ecológico hasta el presente, desarrollar una crítica de la economía política del capital centrada tanto en las contradicciones sociales como medioambientales del modo de producción. En este sentido, su análisis anticipó y, en cierto modo, influyó en el desarrollo posterior del pensamiento ecológico. Hoy en día, la recuperación de su método ecológico ha alcanzado una importancia real tanto en la teoría como en la práctica, dando lugar a una poderosa crítica de la crisis planetaria del siglo XXI, que sustenta el moderno movimiento ecosocialista.


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